Ubicado en Barrio Iponá, donde funcionaba el Campo de Deportes, se decidió construir con mucho esfuerzo y visión, el nuevo edificio propio. El salto de lugar permitió crecer como comunidad educativa en una casa que fue creciendo y mejorando año tras año, para brindarles comodidades y mejores oportunidades de aprendizaje a los estudiantes.